lunes, 17 de febrero de 2014

TU ALMA COMO LA MIA

La experiencia de vivir con gatos es para mi una sorpresa, de pequeña nunca tuve animales. Si una inquietud, una predisposición, un deseo...

He aprendido muchas cosas que no sabía y no sólo sobre los cuidados, necesidades, salud, alimentación sino en un sentido mas amplio y profundo sobre ellos (ellas), como son,  como se desarrollan en el entorno adecuado. Y digo desarrollarse porque son únicas, diferentes, especiales cada una.

Y cuanto más las conozco mas fascinada estoy con el hecho de que sean tan similares a los niños pequeños en muchas cosas y de que tengan unos rasgos de "personalidad" tan definidos, tan distintos entre ellos, un carácter, una forma de ser, sentir, preferir. Son sin duda como nosotros.

Lo que me hace pensar si no será así para todas las criaturas. Si nos perdemos la mayor parte de lo que son...

Soy feliz con mis gatas, las quiero mucho, no con la intensidad de la adrenalina o las endorfinas de las experiencias arrebatadoras, si no con la calma de un amor puro, tranquilo, íntimo, familiar.

Las entiendo mas allá de lo imaginable, de una forma que sólo comparten conmigo.

Lo especial no está en ellas o en mi, creo sinceramente que si tuviéramos la oportunidad de vivir en comunión natural con los animales veríamos su alma como yo veo el alma de mis gatas.

En su mundo animal, el tiempo transcurre de otra manera, con calma y se necesita esa quietud para ver su espíritu, para conocerlas de verdad.

Alguna vez me he sentido unida a alguien por un instante, una mirada, un momento, en una conversación, una frase, un beso. Ese momento en el que sabes que los dos estáis pensando, sintiendo, viendo lo mismo, como si vuestros espíritus se unieran y fuera perfecto. Son situaciones realmente especiales de conexión entre dos seres.

A menudo, no alguna vez, no brevemente, sino cada día en muchos momentos, me siento unida con una conexión íntima a mis gatas, con cada una de forma diferente, porque ellas son diferentes.

Mi vida con ellas es apacible, serena, su presencia me aporta paz, enorme belleza, alegría, cariño. Es fácil entenderlas, no son complicadas, se dejan conocer, se hacen entender, sus demandas son asequibles y no sólo tienen que ver con pedir comida que siempre está a su disposición, forman manada y erés (soy) una más.

Esa sensación de formar parte de algo único, creo que debe 
ser como la de las personas que deciden estudiar el comportamiento animal en su habitad natural y descubren que mas allá de jerarquías, rutinas, costumbres, se establecen lazos que van más allá de lo que en principio podríamos pensar que es el instinto animal.

Mis gatas juegan entre ellas, se miman, se acicalan ¿pero por qué me buscan a mi? ¿no es suficiente que estén ellas cuatro? 
Y más especial aún, me estudian, si si he dicho estudian porque es verdad, aprovechan toda posibilidad de interacción con aquello que observan, esperan el momento en el que capto (por fin) su idea y entonces surge la magia de un juego nuevo, un momento de caricias, una comunicación.

No están adiestradas de ninguna manera, son como son, no espero de ellas ningún comportamiento especial, adquirido. Viven en libertad de acción y movimiento. Casi siempre (Molly a veces es incompatible con el descanso y Rita también por lo que son amablemente invitadas a salir de mi cuarto)

Son gatas de la calle, fruto de camadas indeseadas, del abandono, llegaron todas de bebes a mi casa por motivos diferentes, os contaré la historia especial de cada una.
Pero lo mas importante y seguro que muchos/as no lo entendéis es que las quiero y me quieren. 

Nunca he sentido una conexión tan íntima y profunda con ningún otro ser como la que tengo con Milka, somos almas gemelas en seres distintos. 
(Na ja doch mit dir Markus ;-) 

Adoro a mis gatas, es un privilegio y una suerte vivir con ellas.

Hasta los lunes son mejores! ;-)




YMarian

"Cuando llegaste no sabía que hacer contigo 
y ahora no sabría que hacer sin ti"

Pd: Feliz cumpleaños Em mN