miércoles, 12 de febrero de 2014

DESPERTAR

Anoche me contaba un amigo que su niño va su habitación a las seis de la mañana, se mete con él en la cama y le habla, le toca, le da besos. Esos buenos días prematuros tan tiernos le hacen madrugar más de la cuenta, de no ser por el peque estaría durmiendo noventa minutos más, que no es ninguna tontería.

No sé si por empatía o solidaridad o casualidad será, pero hoy a las 6:13 Molly me ha hecho a mi lo mismo, casi casi como si conociendo los pasos del niño lo estuviera imitando.






Pasa a la habitación y sube a mi cama haciendo esos ruiditos suaves de estoy aquí, quiero algo, hazme caso. 
Tendré que grabarla y ponerlos para que sepáis a que me refiero exactamente. 


Y se acerca, me huele, me hace cosquillas con sus pelos y sigo haciéndome la dormida con la esperanza de que se tumbe y me acompañe... pero  no! ya sé lo que viene ahora porque cada mañana a eso de las siete lo hace igual. 




Se sube a las cómodas que hay en hilera bajo la ventana, apoya las patitas en las cortinas y "rasca" en un claro gesto de ¡abre la ventana! ¡levántate! Y como debajo hay unas persianas blancas interiores el ruido, clas clas al golpearlas es muy molesto y definitivamente me incorporo y enciendo la luz de la mesita.


Inmediatamente deja de hacerlo se gira me "habla" brrgr brrgr. 

Al final tengo que invitarla a salir de mi cuarto y cerrar la puerta porque la única forma de seguir durmiendo...creía yo.
A estás alturas me he desvelado.





Milka quería también estar más cerca aún, pegada, metida dentro de las sábanas, acurrucada conmigo y con su cabecita en mi almohada. Y aquí la tengo mientras escribo. Porque si, estoy en la cama y aún no ha amanecido.
Oigo el viento en el patio, ¡¿seguimos con la ciclogénesis?!


En cuanto cierro mi puerta a Audrey le en entran unas ganas compulsivas de estar dentro, no importa la hora, la situación o si estoy o no en la habitación. Se va a la puerta y rasca con desesperación, incansable. Aguantar y esperar a que pare es una lucha perdida. Asumiendo esto y siendo práctica me levanto y le abro.




Pasa pizpireta rabito en alto diciendo," ¡Ay que me dejabas fuera, que susto, no te habías dado cuenta!..." 



Y aquí está, calentándome los pies, bajo las sábanas, porque ella es de calor calor aunque eso es otro post.


Buenos días!Marian